Conde de los Andes 1983
Tipo de uva
90% Viura
10% Malvasía
Viñedo
Las uvas procedieron en su gran mayoría de viñedos propios y de las cabezadas de viñedos de uva tinta de diversos productores locales
Vendimia
La vendimia fue muy temprana, hasta 2 semanas antes que el resto de elaboradores de Rioja para conseguir un menor nivel de madurez y una mayor capacidad de envejecimiento del vino, así como separarla de la recolección de uvas blancas y tintas.
Fermentación
Permaneció un mínimo de 24 meses en barricas usadas de roble americano de diversas medidas, principalmente de 225 litros.
Crianza
Fue embotellado directamente de la barrica y tuvo un mínimo de dos años de guarda en los viejos calados de la bodega
- Conde de los Andes 1983
Nota de cata
Color:
Amarillo claro, casi pálido, limpio. Reflejos vivos destellantes.
Nariz:
Sensación de frescor una vez eliminada la nota reductiva debida a su envejecimiento en botella. Notas de flor blanca, acacia, limón. Van saliendo notas cremosas, de biscotes y barquillos con naranja, bajo un fondo de vainilla muy fina.
Boca:
Fresco, todavía con acidez presente que estructura la boca. Sensación frutal bien conjuntada con notas de madera. Boca suave y untuosa, bien pulida y de cremosidad abundante. Toques a miel, hinojo, flor blanca, fruta madura.
Alcohol: 12% vol
Conde de los Andes cuenta también con otra línea más rompedora, Capítulos. Una familia de vinos en los que se experimentan vinificaciones y que pueden cambiar dependiendo de la cosecha.
Esta colección de ediciones limitadas, que exploran aspectos concretos de las viñas adscritas a Conde de los Andes, se ha estrenado con el Capítulo I: una Malvasía 2016 con buen recorrido e interesante acidez cítrica de la que se han hecho 1.938 botellas.
El Capítulo II es una Garnacha 2016 de vibrante acidez y bien delineada en boca, que se ha elaborado a partir de parcelas plantadas en 1910 y 1940. De esta se han hecho 1.162 botellas.
En una impresionante trama de calados con nombres como ‘los Candiles’, los ‘Gallegos’ o de ‘la Flor’, bajo 40 metros de profundidad, reposan vinos de añadas que van desde 1892 hasta 2019.
Este kilómetro que guarda historias de bodegas centenarias, es fruto de nuestro compromiso de renovación de los calados, mantenimiento de las cosechas históricas y elaboración de vino en la propia bodega.
Se custodian más de 450.000 botellas de las cuales 40.000 son anteriores a la década de los setenta.
En la colección destaca una cantidad notable de medias botellas y de vinos blancos.